Desde diciembre de 2015 a mismo mes de 2019 la canasta básica tuvo un incremento del 268 por ciento. La conclusión surge del seguimiento de la evolución de los precios de 37 productos comprendidos en la canasta básica de una familia Argentina. Incluye alimentos, bebidas no alcohólicas, artículos de limpieza y elementos personales, todas mercancías representativas de lo que ocurre en esos segmentos del consumo popular.
Los datos, a los que accedió DIARIOJUNIO, revelan una diferencia diametralmente opuesta entre los números inflacionarios del gobierno anterior y el actual: una inflación de +5.68 por ciento mensual promedio en la canasta básica durante los 4 años del gobierno de Macri que se contrasta con el porcentual de +1.78 de los meses que van de Alberto Fernández.
El estudio fue realizado por el entrerriano Javier Schnitman, ex director de Seguimiento de Precios del Gobierno provincial, especialista en Economía Social, Producción Territorial y Estadísticas, entre otras sapiencias.
Los cuatro años de gobierno neoliberal se caracterizaron por fuertes y abruptas devaluaciones, dolarización de los servicios básicos esenciales que provocaron un vertiginoso proceso inflacionario, acompañado del fin y techo para las paritarias libres y la disminución de la base monetaria circulante. Todo funcionó como una aspiradora de dinero para las capas más vulnerables de la economía, que se tradujo en un aumento escalofriante en los niveles de pobreza. El ejemplo ilustrativo más certero se manifiesta en la cada vez más inaccesible canasta básica, considerada de vital importancia para la mesa de los argentinos.
Más allá de los argumentos y de las variables económicas, en definitiva se trata siempre de la madre de todas las batallas, que es la distribución de la riqueza según los puntos de vista entre dos modelos de país muy definidos.
DIARIOJUNIO tuvo acceso a un trabajo comparativo que toma lo sucedido entre diciembre 2015 y diciembre 2019 y desde diciembre 2019 a abril 2020, para visualizar la evolución porcentual de precios en una porción de la canasta básica. Esta muestra de 37 productos denota un comportamiento de precios de productos representativos del consumo básico masivo.
Respecto al período de 2015-2019 se ve una evolución general de precios de + 268,28%. Productos como el “corte para el asado” pasaron de un precio promedio por debajo de los 100 pesos a rozar los 300 pesos. Un dulce de leche de medio kilo de costar 15 o 20 pesos a salir cerca de 75 y 80 pesos. 1 kg de queso fresco paso de costar alrededor 90 pesos a casi 450 pesos. Un litro de leche fluida de 10 pesos promedio a casi 50 pesos; un litro de lavandina concentrada de 10 pesos a 40 pesos; 1 kilo de yerba de 45 pesos promedio a 180 pesos promedio.

En tanto que, para el período iniciado con la asunción en el gobierno del presidente Alberto Fernández en diciembre de 2019 hasta abril del presente año, el incremento de la canasta básica ha sido de un + 18,20 %, siendo abril el mes de menor evolución con un incremento de sólo + 1,78 %.
Abril fue un mes atravesado por las medidas de cuarentena a causa de la pandemia de coronavirus, donde el consumo estuvo enfocado en alimentos, bebidas, e insumos básicos utilizados masivamente: Verduras, carne, harinas, dulces, azúcar, huevos han sido los de mayores aumentos e influencia porcentual le dan a la estadística.
Por ejemplo: el asado que costaba casi 300 pesos a costar promedio 360 pesos. El queso fresco de algo más de 400 el kilo a 500 promedio, la yerba paso de estar rozando los 200 a superar en 10, 20 pesos esa marca. En tanto que productos de limpieza se han mantenido con pocas variaciones. Sin duda son los productos de la granja lo que más se han visto incrementar (leche y derivados, huevos, verduras y hortalizas), lo que puede responder, en algunos casos, a cuestiones estacionarias.

En más de 119 productos y servicios relevados, los indicadores observados en su evolución nos permiten obtener preliminarmente un indicativo de incremento que rondará el 1,5%.
Consultado por DIARIOJUNIO, Javier Schnitman, desmenuza los datos del estudio y los coloca dentro de un marco contextual en lo político y económico:
“Durante los primeros días de gobierno del presidente Alberto Fernández se comenzó con la atención de lo urgente en varios frentes, con acciones para poner de pie a la argentina arrasada por el neoliberalismo. Han implementado una decena de acciones en pos de recuperar el ingreso, el movimiento económico, con un consecuente aumento del consumo para promover una economía de reactivación. Sin embargo en marzo, si bien el consumo fue mantenido al ritmo señalado, una vez operado el aislamiento social obligatorio, a partir del 20 de marzo, se paraliza la economía producto de las medidas indispensables e inevitables para darle batalla al covid19, con consecuencias que solo veremos en magnitud al transcurrir los meses venideros.”
Los datos son diametralmente opuestos entre los números inflacionarios que se manifiestan en el estudio: una inflación de 5.68 mensual promedio en la canasta básica durante el gobierno de Macri que se contrasta con el porcentual de 1.78 de los meses de Fernández.
Al tiempo de transcurrida la cuarentena social obligatoria, Schnitman ve una economía que “está resentida, resquebrajada en todos los sectores de trabajo y aquellos llamados sectores informales y de auto sustento están prácticamente desbastados, las dificultades están en todos los frentes, pero la informal será uno de los temas prioritarios de acompañar.”
Respecto al consumo y el comportamiento de los precios durante la cuarentena, el especialista afirma que se encuentra en “una meseta en la que todos los productos hasta hoy habilitados y de consumo masivo básico han tenido un comportamiento de subas leves durante el mes de abril y fundamentalmente se debe al moderado consumo, sin enumerar aquí las decenas de artículos y servicios para el hogar y otros que directamente están heladas. Una evolución de precio moderado durante abril tiene que ver con una economía “glaciar” por lo que intentar aumentar precios es arriesgar el propio sustente de miles de comercios. El consumo de productos básicos y elementales se mantiene en una rotación aceptable comparada con los primeros tres meses del año en curso.”
Fuente: diariojunio.com.ar