Por German Bercovich –
De entre las muchas frases ingeniosas de George Bernard Shaw, el genial escritor irlandés, una aplica a la interpretación de los resultados que surgen de una votación: “La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno”. Es decir, frente a los números plasmados, podemos empezar a torcerlos de una manera que nos convenga. Incluso puede resultar, nuestro análisis, en una conclusión que no sea falsa. Pero sí parcial.
En este punto, el esfuerzo que Juan Ruiz Orrico ha puesto para que el escrutinio definitivo en las PASO del último 14 de abril le ofrezca un costado amable, es francamente para valorar. El candidato de Cambiemos declaró que “el 84% de los uruguayenses le dijo que no a quienes se creen dueños del Estado municipal”, en alusión a Martín Oliva. Que el 84% de los votantes no puso la boleta de Oliva en la urna es cierto. También que 6 de cada 10 votos fueron al justicialismo. Y que el 75% de los ciudadanos no confió en Cambiemos. Todas estas evaluaciones de los mismos números son verdaderas. Sería valioso saber cuál podría erigirse en la más confiable.
Una herramienta que podemos usar es la de contextuar. Una maniobra que, por otra parte, es conveniente y habitual realizar en la mayoría de los escenarios de la vida. La conducta aislada de un individuo, un pensamiento, una frase, representan elementos de análisis muy pobre si no se los encadena con la historia, el entorno o las expectativas de ese mismo sujeto, por poner un ejemplo simple. Tomando en cuenta estas variables, lo que hacemos es contextuar esa conducta, pensamiento o frase (de quién viene, por qué se produjo) y así la comprensión del evento es más acabada.
El representante macrista a nivel local decide declarar que leyó la elección como si fuera una foto (una posible, hay otras fotos de los mismos números, como se dijo). Es decir, desengancha esos números de la desastrosa situación económica y social, del desaliento generalizado, y también de las derrotas sucesivas de su partido en los actos eleccionarios de todo este año (Cambiemos perdió cómodamente hasta en Basavilbaso, única ciudad en Entre Ríos donde gobierna un cuadro del PRO, Hein, compañero además de Benedetti en la fórmula provincial). Saca todo el contexto, entero, y hace una observación posible de las cifras. Por supuesto no es una visión creíble ni para él, ni para su equipo, ni para nadie. Insultando la inteligencia de quienes lo escuchamos, se transforma en un fiel representante de su partido, que es persistente en comunicarse con la sociedad argentina a través de engaños. Poniendo la elección en Concepción del Uruguay en contexto, como debe hacerse, la lectura correcta es que la debacle producida por Macri cobró una nueva víctima, el admirador de Shaw, Juan Ruiz Orrico.