Por Alfredo Guillermo Bevacqua –
Según la Constitución Nacional, la Argentina es una república federal. Pero a todas luces, culturalmente, somos unitarios, centralistas. Vivimos pendiente de lo que pasa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si se ha tenido a oportunidad de viajar por el país se lo puede comprobar muy facilmente: en cualquier bar, oficina pública o esos comercios de artículos del hogar que ponen en vidriera 50 televisores juntos, podrá observarse que está un canal -TN, por lo general- informando sobre “el congestionamiento de tránsito en los carriles de ingreso o egreso de la General Paz”; lo hemos comprobado en Salta, en Paraná, en Ushuaia, en San Miguel de Tucumán. ¿Qué le interesa al habitante de esas ciudades el estado del tránsito y del clima en la capital federal? ¿No hay acaso en esas ciudades canales de cable o de televisión abierta que den cuenta de la información local que necesita el habitante de esas ciudades?
Esta situación de centralismo exacerbado históricamente se dio en el fútbol argentino. Recién en 1967 se inició una tenue apertura hacia el interior, con la disputa de un campeonato Nacional en el que participaban 4 equipos del interior. Con Julio Grondona, como presidente de AFA, se federaliza la competencia deportiva, con la creación del Nacional B; pero únicamente la competencia; la estructura y organización se decide en Buenos Aires, que legisla desde Jujuy a Tierra del Fuego.
Ese centralismo se ha manifestado en forma contundente al concretar lo que venían anunciando sobre la separación en zona Metropolitana y del Interior, del campeonato Nacional B. La renovación o no a Sampaoli dejó en segundo plano una medida que revela prestar atención solo al interés de algunos, estos algunos son los clubes de ascenso de Buenos Aires y su conurbano. Es tan “dirigida” esa medida que genera asombro que los clubes del interior no se hayan manifestado, no se hayan reunido para formar un frente común, ya que son los grandes perjudicados.
¿Qué piensa nuestro Gimnasia y Esgrima de esta decisión? Tal vez la estime “positiva”, porque llegar entre los primeros en el próximo campeonato le permitiría meterse en el malón de equipos que integraran la zona Interior del Nacional B. Si se ha pensado así, es una pena.
Un claro favoritismo
En la edición del sábado 15 de Julio, el “Patrón” Bermúdez, el capitán del Boca de Carlos Bianchi, describe magníficamente los problemas del fútbol sudamericano y su comparación con el europeo, siendo muy duro con la dirigencia que ingresa al fútbol porque permite hacer obtener muy buena renta en poco tiempo, agregando que no se dan cuenta que haciendo las cosas bien podrían ganar muchísimo mas.
Esa incompetencia señalada por Bermúdez aparece en toda su dimensión en la dirigencia afista en todos sus niveles, al diagramar este torneo en dos zonas. Pero la decisión tiene un claro objetivo: favorecer a los equipos de la zona metropolitana. Con la anterior estructura el Barracas de «Chiqui» Tapia, le iba costar bastante ascender, porque él ha demostrado que carece de la muñeca y de la actitud política de Grondona que fue paso a paso con Arsenal. Así en poquito tiempo el equipo del presidente de AFA estará en la A y el presidente podrá consolidar su poder.
Con este nuevo formato siempre ascenderá a la A o Superliga, un equipo de la Metropolitana. Lo que no es poco , si recordamos que el interior se llevó 19 títulos de campeón en el Nacional B o B Nacional y 11 títulos de subcampeón. El presidente Tapia y quienes desde el ascenso lo ungieron presidente se liberan así de la posibilidad de «quedar mirando la vidriera», mientras asciende uno del interior.
Un campeonato inviable
De todas formas debe convenirse en algo: con estas distancias de la Argentina y con una tradición centralista, unitaria, es inviable economicamente un torneo como el programado para el interior: a un equipo de Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil o Carlos Casares, le resultará siempre mas ventajoso competir con uno del Gran Buenos Aires que viajar a Salta, Jujuy, Río Negro o Puerto Madryn. Es decir, bien que los bonaerenses podrían competir en la zona Metropolitana; agrupar a los cuyanos en una zona, en otra a los del Litoral, en otra a los norteños, y realizar una instancia final, que siempre es mas convocante y en la que participaran los primeros y segundos de cada zona.
¿Que atractivo puede generar un partido entre Brown de Puerto Madryn y Gimnasia de Jujuy -por ejemplo- jugando en la fecha 20 y ocupando el puesto 13° y 15°? Para disputar un partido que solo servirá para ese certamen, por cuanto no éstará el promedio en juego, habrán hecho un viaje de 2.286 kilómetros. Es decir, si utilizan transporte terrestre: dos días de ida y otros dos de vuelta.
Podrá argumentarse que la vastedad territorial de Brasil es mayor y tiene sus campeonatos con una organización que exigen mucho recorrido, pero debe recordarse que tienen también una tradición de campeonatos estaduales fuertes que aquí solo se tuvo -o tiene- en la provincia de Tucumán, precisamente la mas pequeña en superficie territorial.
Tal como está planteada esta estructura competitiva solo atiende el interés de los clubes del ascenso con sede en capital federal y Gran Buenos Aires. Es hora que el fútbol del Interior, como lo hizo en los primeros años del setenta, se una y exprese las realidades irrefutables que le exigen un esfuerzo desmesurado y que lo vuelven inviable.-
