Por NAP –
Las pequeñas vacaciones de invierno nos permiten descansar durante algunos días de nuestras tareas diarias. Una manera habitual de desconectarse de la rutina es desparramarse en un sillón a ver una película mientras los chicos juegan y llueve afuera.
Ayer, me tocó en el azar del cable, mirar desde el principio la historia de Snowden, ese agente de la NSA norteamericana (National Security Agency), que decide denunciar el aparato de vigilancia global desarrollado por su gobierno. No es precisamente una película para el desenchufe, ya que te demuestra que todos nuestros pasos digitales están siendo registrados y, eventualmente, monitoreados. Esto siempre se había dicho que era imposible dada la cantidad de información… que no habría servidores capaces de esto… bueno, parece que si los había… La idea de que todas nuestras conversaciones telefónicas, nuestros e-mails, nuestras redes sociales, nuestras computadoras, las cámaras de nuestras notebooks, tablets y teléfonos son vigilados, convengamos que asusta un poco. Aunque quede todo en la esfera de un marco gubernamental.
Hace unos meses, Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, tuvo que explicar a los gobiernos americanos y europeos, que los datos de sus usuarios habían sido filtrados a empresas privadas (aparte del gobierno norteamericano, claro). Aquí cambia un poco la cosa, ya que la vigilancia individual no persigue una idea de seguridad, sino un redito económico para privados. Complicado.
Hace una semana, se presentó desde el gobierno, con Jefe de Gabinete y Ministro de Modernización, una herramienta que permite identificar una persona desconocida a través de una selfie. La idea es, explican ellos y lo demuestra un video promocional, uno se saca una foto con su celular, y esta es enviada, mediante una app, al Registro Nacional de las Personas (RENAPER). Ellos van a comparar esa selfie con las fotografías que ellos poseen. Son las fotografías de nuestros DNIs y pasaportes, ni más ni menos. RENAPER, va a decir si esa persona que se sacó la foto es realmente la persona que dice ser.
Al margen de la factibilidad de que esto funcione bien, aunque los avances en este campo con impresionantes y todos lo vemos al subir fotografías a redes sociales donde etiqueta correctamente nuestros contactos, queda un tema sensible, a mi entender, sin respuesta.
Charlando con un amigo informático sobre esta solución, me dice que, para optimizar los reconocimientos, lo que haría es ir guardando las fotos del usuario que fueron validadas por el propio RENAPER. Todos sabemos que la calidad de las fotos de RENAPER a veces no son las óptimas… Y si tenemos fotografías actualizadas es mejor para el reconocimiento. La verdad que es muy válida la idea y seguro se le ha ocurrido a más de uno.
Desde el gobierno piensan ofrecer esta herramienta a organismos del estado y a privados. De hecho, dicen, se podrían abrir cuentas bancarias desde nuestras casas gracias a esta solución informática y a RENAPER.
Ahora, esto significa que algún privado podría armar una base incluso mejor que la de RENAPER. Y la pregunta es lo que van a hacer con esta base. La pueden vender o compartir sin restricciones, ya que es de ellos. ¿Dónde va a estar resguardada esta base? ¿En la famosa nube? ¿Qué políticas de seguridad se van a tener que proveer a esta posibilidad de identificar a personas para que no sea robada por hackers?
Y creo que hay una diferencia entre las fotos y perfiles de redes sociales, como Facebook, donde la identidad puede ser, de alguna manera enmascarada. Aquí es el propio RENAPER que valida la información y la hace fidedigna.
Lo que pasó con la película de Snowden toma fuerza, y además del gobierno, hasta los privados tienen ese poder de identificación… Complicado…
