EL PRIMER ACTO REVOLUCIONARIO QUE PRODUJO EL PERONISMO
Luego de su liberación el 17 de octubre y tras asistir a la asunción como vicepresidente del general Juan Pistarini, el coronel Juan Domingo Perón se traslada hasta la ciudad de Junín para contraer enlace con la joven María Eva Duarte, quien en pocos meses comenzará a ser conocida como Evita. Los testigos de la boda son el teniente coronel Domingo Mercante, íntimo amigo y estrecho colaborador de Perón, y Juan Duarte, hermano de la novia.
«Un oficial del ejército argentino, casado con una artista, era una grave ofensa para la imagen de la institución, pero si a ello se agrega el hecho de que ese oficial había cobrado una trascendencia insospechada, el cuadro de esa realidad se volvía, para muchos cortos de genio, bochornosa», sostenía Perón.
Es por eso que el ex presidente llamó a su casamiento “el primer acto revolucionario que produjo el justicialismo”.
Eva Duarte, con 24 años, conoció a Perón el 22 de enero de 1944 en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo y Previsión con el fin de condecorar a las actrices que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto que asoló la ciudad de San Juan.
Eva venía desarrollando su carrera artística. Por entonces trabajaba en tres programas radiales diarios: Hacia un futuro mejor (10:30), donde difundía las conquistas sociales y laborales que conseguía la Secretaría de Trabajo, el radioteatro Tempestad (18:00) y Reina de reyes (20:30). También actuó en dos películas, «La cabalgata del circo», con Hugo del Carril y Libertad Lamarque y «La pródiga» que no llegó a estrenarse en su época. Ese año resultó elegida presidenta de su sindicato, la Asociación Radial Argentina.
El año 1945 fue clave para la historia argentina. La confrontación entre sectores sociales se agudizó y la oposición entre alpargatas y libros se transformó en peronismo y antiperonismo. El 8 de octubre Perón le escribió una carta a su amigo el Coronel Mercante en la que le menciona a Eva Duarte, llamándola Evita: Le encargo mucho a Evita, porque la pobrecita tiene sus nervios rotos y me preocupa su salud. En cuanto me den el retiro, me caso y me voy al diablo.
El 13 de octubre le escribe a Evita una carta (solo se conoce la primera página) y dice lo siguiente:
«Mi Negrita querida. No sé si ésta llegará a tus manos, mi tesorito, pero mi corazón me indica que como no puedo vivir sin vos, debo escribirte de inmediato…
En lo material no estoy tan mal, así que no te preocupes negrita. Me voy reponiendo poco a poco de lo que me hicieron a mí y a vos. No quiero que te preocupes ni sufras por mí ya que esto va a terminar bien para nosotros. Lo que te pido es que me escribas cuanto antes para poder saber cómo estás.
Querida negrita; tesoro adorado, lo único que te pido y te puedo decir es que cuando termine todo esto, nos vamos a casar y nos vamos lejos
Por lo pronto te pido que tengas paciencia que todo esto se va a arreglar.
Habla con el coronel (Alberto Juan) Job o con Martínez para ver si me pueden mandar una radio, y comunícate con (Juan Carlos) Sibillino para que te cuide bien.
Lo único que te pido es que te cuides mucho, mira que quienes me mandaron acá no tienen contemplaciones…»
Una segunda carta se la escribe a su amigo el teniente coronel Domingo A. Mercante, fechada el 13 de octubre de 1945, donde entre otras cosas le dice:
“Yo tengo lo que ellos no tienen; un amigo fiel y una mujer que me quiere y que yo adoro. Mando más que ellos porque actúo en muchos corazones humildes…Le encargo mucho a Evita, porque la pobrecita tiene sus nervios rotos y me preocupa su salud. En cuanto me den el retiro, me caso y me voy al diablo”.
El 14 de octubre Perón le escribió a Eva otra carta también desde M. García:
«Mi tesoro adorado: Hoy sé cuánto te quiero y que no puedo vivir sin vos. Esta inmensa soledad está llena de tu recuerdo. Hoy he escrito a Farrell pidiéndole que me acelere el retiro, en cuanto salgo nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos…
De casa me trasladaron a Martín García, y aquí estoy no sé por qué y sin que me hayan dicho nada. ¿Qué me decís de (Edelmiro) Farrell y (Eduardo J.) Ávalos? Dos sinvergüenzas con el amigo. Así es la vida.
En cuanto llegué lo primero que hice fue escribirte. No sé si habrás recibido mi carta que mandé certificada.
Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrell para ver si me dejan tranquilo y nos vamos a Chubut los dos».
No quedan dudas de cuánto amaba Perón a Evita
Por entonces parecía que Perón había sido definitivamente desplazado de la actividad política y que, en el mejor de los casos, se retiraría con Eva, para vivir en la Patagonia.
Sin embargo a partir del día 15 de octubre los sindicatos comenzaron a movilizarse para exigir la libertad de Perón, hasta desencadenar la gran manifestación del 17 de octubre que finalizó con su liberación, provocó la recuperación de las posiciones en el gobierno que tenía la alianza militar-sindical y abrió el camino para la victoria en las elecciones presidenciales.
Como Perón había dicho en sus cartas, pocos días después, el 22 de octubre se casó con Eva en Junín. El acontecimiento ocurrió en la Escribanía Ordiales, que funcionaba en una casona que aún existe en la esquina de Arias y Quintana, en el centro de la ciudad. El escritorio utilizado para confeccionar el acta de matrimonio civil se encuentra actualmente expuesto en el Museo Histórico de Junín.
Dos días después se realizó la ceremonia de matrimonio católico en la iglesia de San Francisco, orden muy apreciada por Eva, en la ciudad de La Plata.
(fuente: Pensamiento Discepoleano)