El ministro seguirá al frente del máximo tribunal por tres años más. Rosenkrantz seguirá como vicepresidente. La Corte diseña plan para cuando avance la salida de Maqueda.
El otro dato a tener en cuenta tampoco es menor para el Poder Judicial: con dos firmas en sentido positivo se alcanza la mayoría de tres para las decisiones de superintendencia que, en el fondo, son las que interesan a los jueces. Más allá de que ahora la Corte es un cuerpo colegiado donde cada voto vale uno, no existe un doble voto de presidencia, las decisiones de superintendencia terminan siendo estructurales para la organización del Poder Judicial. Al Gobierno deberían interesarle los fallos y ahí es donde una Corte recurriendo a conjueces de modo permanente podría hacerle ruido.
(fuente: https://www.ambito.com/)