El ministro de Defensa Luis Petri dijo que si bien “las condiciones no están dadas, es una cuestión que vamos a evaluar con el oficialismo y con la oposición”.
Ahora, el gobierno deslizó la posibilidad de reimplantarlo siempre y cuando haya dinero para hacerlo. En medio de la Fiesta de la Vendimia, en Mendoza, el ministro de Defensa, Luis Petri, sostuvo que “hoy no están dadas las condiciones, pero es una cuestión que vamos a evaluar con el oficialismo y con la oposición”.
Por otro lado, Petri afirmó que lo que sí «está en carpeta» es «desjerarquizar y reivindicar a las Fuerzas Armadas». «En tanto y en cuanto tengamos presupuesto, vamos a hacer todos los esfuerzos para ir en ese sentido. Sí queremos, claramente, modificar las condiciones del servicio voluntario para garantizar la terminalidad educativa”, detalló.
En ese punto, el funcionario describió: “Tenemos un servicio voluntario que va entre los 18 y los 28 años de edad y no garantiza la terminalidad educativa”; y advirtió que «esos chicos que salen del servicio militar no tienen herramientas para incorporarse en el mercado laboral».
«Queremos reformular el servicio militar voluntario, reformular los liceos para volver a los viejos liceos que tanta calidad supieron tener en toda la República Argentina. Y estas son las cuestiones a las cuales nos estamos abocando”, completó.
Luego, la vicepresidenta Victoria Villarruel aprovechó para pedir más fondos al sector militar: dijo que no sería viable «con el actual presupuesto que tiene la Argentina en el área de Defensa. Es el menor presupuesto de Defensa en la región y hace bastante imposible lograr ese tipo de medidas», puntualizó.
Caso Carrasco
Hace 30 años ocurrió uno de los crímenes más emblemáticos de la democracia: el caso del soldado Carrasco, que se convirtió en una bisagra en la Argentina, ya que después de la desaparición y el hallazgo del cuerpo del joven conscripto, el entonces presidente Carlos Menem dispuso el final del servicio militar obligatorio.
Omar Carrasco era de Cutral Có, Neuquén, hijo de una ama de casa y un albañil. Había sido sorteado para servir a la patria obligatoriamente, y con 19 años en marzo de 1994 se trasladó al Grupo de Artillería 161 ubicado en Zapala. A los pocos días, sus padres fueron a visitarlo y desde el cuartel les informaron que había desertado. Era mentira. El cadáver del chico, con evidentes signos de tortura, fue encontrado dos semanas después en esas mismas instalaciones, en un sitio que ya había sido rastrillado.
Por el caso, el subteniente Ignacio Canevaro fue condenado a 15 años de prisión, mientras que los soldados Víctor Salazar y Cristian Suárez recibieron penas de 10 años. Además, el sargento Carlos Sánchez, fue sentenciado a tres años por encubrimiento.
Fuente: Tiempo Argentino
