por Rodolfo Oscar Negri –
Gregorio Piriz se enrola en las tropas de Francisco Ramírez desde muy pequeño y es uno de los coroneles que fue parte del Ejército Federal cuando, en 1820, Ramírez y Estanislao López llegaron hasta Buenos Aires después del triunfo de Cepeda.
El comandante fue uno de los militares en quien más confiaba Francisco Ramírez, tal es así, que cuando Ramírez se enfrenta a Artigas, Gregorio Píriz quedó al frente de las fuerzas que debían perseguir a Artigas, sorprendiéndolo a Artigas y su escolta en Las Osamentas y entrando seguidamente en el campamento de Avalos dispersándolo enteramente.
El parque y demás efectos habían sido evacuados la noche anterior y Píriz marchó en su seguimiento alcanzándolo en el paraje denominado María Grande. Allí dispersó una fuerza de más de 200 hombres de caballería a los que acababa de incorporarse el propio Artigas, quien logró alejarse.
Después de creada la República de Entre Ríos, a la que el caudillo santafecino Estanislao López se opuso férreamente y estableció un acuerdo con Buenos Aires en el Tratado de Benegas; por lo que Ramírez decidió invadir Santa Fe.
Dispuesto el Supremo de Entre Ríos a llevar la guerra a Santa Fe, a raíz del giro político de su antiguo aliado, reunió en Paraná alrededor de 2.000 hombres. En esa oportunidad fueron sus colaboradores más cercanos Gregorio Piriz y Anacleto Medina. Como jefe de la segunda división, Piriz intervino en los encuentros que Ramírez libró con Lamadrid en San Lorenzo y con Orrego en el Carrizal de Medina. Su arrojo y decisión lo llevaban siempre a la línea de fuego. Fue así que en la acción del Carrizal recibió graves heridas.
En la Memoria dejada por don Antonio Crespo se recuerda así el hecho: «Después de dada la orden a Mansilla para la combinación, una división santafecina tuvo un ataque con otra fuerza de Ramírez en el lugar de las barrancas, en la que fue herido de gravedad el comandante Piriz, jefe predilecto de Ramírez, quien se ocupó de él hasta embarcarlo en Coronda con dirección al Paraná, cuya ausencia libró a la ciudad de ser tomada».
El final de la invasión a Santa Fe fue una derrota aplastante del entrerriano y tras su muerte en julio de 1821, su cabeza fue embalsamada y puesta en exhibición por López para “escarmiento de otros”.
A la muerte de Ramírez, Piriz acompañó a Ricardo López Jordán en su breve gestión gubernativa al frente de los destinos de la República de Entre Ríos. Cuando éste fue depuesto por Lucio Mansilla, a raíz del movimiento del 23 de setiembre de 1821, Piriz se dirigió a Nogoyá. Al mes siguiente fue completamente derrotado en el Arroyo Gená por Eusebio Hereñú, a la sazón enrolado en las fuerzas de Lucio Mansilla. A raíz de este descalabro Piriz debió emigrar a la Banda Oriental, entonces en poder de los portugueses.
Mientras Estanislao López se hacia cargo provisoriamente del gobierno de Entre Ríos, Eusebio Hereñú destrozó en Gená a la vanguardia jordanista a las órdenes de Gregorio Piriz, el 20 de octubre de 1821. Quedaban fieles a López Jordán dos de las mejores espadas del supremo: Anacleto Medina y Gregorio Piriz. Pero la derrota del Gená, más los pronunciamientos de Corrientes y de Misiones en favor de la disolución de la República de Entre Ríos hicieron insostenible la situación de López Jordán, quien junto con Cipriano de Urquiza y algunos otros jefes, cruzó el Uruguay y se asiló en Paysandú.
Las tropas victoriosas al mando de Hereñú, entran a la Villa de Concepción del Uruguay y saquean sin piedad a la población y confiscan los bienes de los jefes derrotados, entre los cuales se encontraba Gregorio Piriz, y la madre de Ramírez, Tadea Jordán.
Prisión de Tadea
El comandante militar de Uruguay, coronel Barrenechea, toma conocimiento de la organización de un movimiento revolucionario contra el gobierno de Mansilla, por cuyo motivo adopta diversas disposiciones y entre éstas la orden de prisión de doña Tadea Jordán de López, madre del Supremo.
Doña Tadea, antes y después de la muerte de su hijo Francisco, interviene activamente en política. Dotada de un carácter enérgico y valeroso incita a sus hijos a la lucha, atribuyéndosele la inspiración de varios movimientos revolucionarios.
Su prisión de ahora, cuando ya es una persona anciana, hace fracasar el ataque el movimiento revolucionario y los insurgentes pierden su agente de enlace y fracasan en su empresa.
Colgado en la plaza de Paraná
En 1822, Gregorio Piriz con Anacleto Medina, Berdúm, Obando y otros, trató de apoderarse de la villa de Concepción del Uruguay, pero no logró su objetivo.
Se dirigió entonces a Paraná con el propósito –según algunos autores- de asesinar a Lucio Mansilla. Avisado el gobernador del plan trazado, dispuso su detención.
Al darle orden de prisión el comandante Telésforo Ríos, edecán de Mansilla, Piriz contestó a los tiros. Una bala disparada por Ríos le atravesó el pecho, muriendo en el acto, el 1° de junio de 1822.
Por disposición del entonces gobernador Lucio Mansilla, su cadáver fue colgado, a las 11 de la noche y hasta el otro día, de una horca levantada en la hoy plaza 1º de Mayo, para escarmiento de los «criminales invasores».
Gregorio Piriz, era hijo de Bernardino Piriz y de doña Dominga Portillo y había nacido en la villa de Concepción del Uruguay a fines del siglo XVIII, siendo bautizado el 26 de marzo de 1796.
Fue, además, hermano de Lucas Piriz uno de los uruguayenses héroes caídos en la defensa de la ciudad de Paysandú en diciembre de 1864.
El comandante Gregorio Piriz fue uno de los más valientes y aguerridos soldados de la República de Entre Ríos y uno de los hombres de mayor confianza de Francisco Ramírez.
(fuentes: https://www.noticiasentrerios.net.ar, Historia de Concepción del Uruguay de Oscar Urquiza Almandoz –tomo I- y Archivo General de Entre Ríos)
Este artículo fue publicado por la revista La Ciudad el 2/5/2018
