La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Secretaría de Comercio le dieron fin a la SIRA y la reemplazaron por el nuevo Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI) eliminando los permisos o licencias automáticas y no automáticas a la hora de importar. ¿Pero qué implica para las empresas este cambio y qué impacto puede tener en los precios de los insumos importados?
Cambios en importaciones: la mirada de las Pymes
En principio, tanto pymes como grandes empresas consultadas por Ámbito se mostraron a favor de la medida.
Daniel Rosato, desde Industriales Pymes Argentinos (IPA) sin embargo, solicitó que haya una medida que apunte a las pymes para que puedan utilizar sus propios dólares para importar. «Caso contrario, hoy tenemos cantidad de empresas que están también paradas por tema de compras al exterior. Esta situación, si no se le da una solución, se va a agravar muchísimo, lo que va a implicar que la parálisis de muchas empresas y hasta puede haber faltante de insumos debido justamente a los problemas de escasez de materia prima».
SEDI: del aluvión importador al impacto en el consumo y los precios
Federico Vacarezza, economista especialista en mercados internacionales, analizó el nuevo sistema en consulta con Ámbito: “El SEDI y la reducción de las licencias de importación quitan burocracia y costos a los importadores. Es una noticia positiva en cuanto a que va en línea con los requerimientos que exigen el resto de los países de la región. Importar en Argentina es aún hoy, altamente restrictivo, burocrático y costoso, lo que se termina traduciendo en mayores precios para los consumidores. Eso es un hecho, no una especulación ideológica”. Pero en cuanto al impacto en el mercado interno, la situación cambia.
Para Vacarezza, ese “aluvión importador” es “poco probable”. “La devaluación de diciembre redujo el ingreso, por lo cual, eso va a afectar el consumo y, por ende, limita vía mercado un aumento de las importaciones en maquinarias e insumos como también en productos terminados”, señala.
En relación a las divisas disponibles en una reconocida escasez, el sector confía en que el Gobierno logrará volver al superávit comercial. Este dato se basa en un informe reciente de la Fundación Mediterránea en donde estimó que las Reservas del Banco Central (BCRA) podrían incrementarse en alrededor de u$s12.000 millones.
Según esta estimación, la recuperación del saldo comercial no solo se explicará por una cosecha de soja que recuperará volumen. Además, también jugará a favor la balanza energética, que pasaría de un déficit de u$s4.700 millones a un superávit de u$s3.300 millones, lo que implica una mejora de u$s8.000 millones en relación a este año.
En ese sentido, Vacarezza afirma que un rol importante lo jugará la demanda interna que “va a caer”. «Se pueden quitar restricciones sin riesgo de una inundación de productos importados. No estamos en la década de 1990, no hay 1 a 1 y tampoco hay expectativas de una mayor demanda. En resumen, van a quitarse restricciones, pero sin consumo”, opina.
Según Scentia, la caída del consumo en 2024 será en torno al 5% debido a la caída del poder adquisitivo de los salarios. La baja en la demanda interna también se reflejará en una caída de la actividad económica, que estiman en torno al 4% para el 2024, pese a las buenas proyecciones que brindan el agro y los sectores extractivos. Es que, tal como señaló un informe reciente de Ecolatina, “el consumo privado explica el 70% del PBI”.
Fuente: Ámbito