por Margarita Presas –
En su poema “Mirar, caminar, ser”, Denise Levertov dice que mirar es un modo de ser y que así, a veces, una se vuelve un par de ojos que caminan.
Sin haber tenido presentes esos versos en 2020, sin caminar más que dentro de mi casa por un tiempo y luego algunas cuadras por el barrio, a causa de la pandemia y del aislamiento físico, pude mirar a través de las ventanas y guardar imágenes de lo que veía. Hubo también miradas hacia adentro, despertar de recuerdos, revivir escenarios soleados y de juegos en la placita de mi niñez y en la casa de mi abuela, también dolores y ausencias.
Esos túneles que -dice Levertov- los ojos cavan en “el mundo y su pasado,/no solo / el presente visible, lo sólido y la sombra / que mira al que mira”, me llevaron a la escritura como a un puerto sobre un río enorme, de a ratos tranquilo y plácido o turbulento hasta casi ahogarme, también.
“Una teoría de la precariedad” reúne varios de los textos escritos en los talleres de Mariana Kruk, de Larisa Cumin y Nosotros en el texto, de Belén Zavallo y Manuela Mántica. De todos y con todos aprendí muchísimo y disfruté más. Escribí, leí, escuché a otros y en esa comunión de saberes, sentires, versos, fue tomando forma el poemario que hoy ha salido a la luz.
2020 fue un año en el que me dejé seducir por la poesía. Un año de jugar con el lenguaje, de correr algunos límites, de encontrar ritmos, sonidos, silencios. De aprender a respirar de otro modo en el poema, cuando afuera el respirar se hacía casi imposible. Y termino sosteniendo, como Levertov, respirar para mantenerse/
mirando,/caminando y mirando,/por el mundo,/en él.
Que respirar a través de la poesía, de la literatura, del arte en general, nos dé aire para seguir andando.
Margarita Presas


