La expresión es del ministro Juan José Bahillo, quien también dijo que la situación de pandemia “nos robó la agenda”. No obstante, aseguró que el Gobierno tiene un plan para el desarrollo económico productivo que sigue en pie a pesar de las alteraciones que se presentaron en el contexto de crisis sanitaria.
En el Ministerio de Producción, Turismo y Desarrollo Económico están cerrando un año en el que obviamente, como en la mayoría de los organismos públicos, ha habido complicaciones, se han alterado los planes, con la particularidad de ser un área directamente ligada a los sectores que producen, comercializan y generan fuentes de empleo. Falta de conocimiento y de experiencia sobre la pandemia así como la imprevisibilidad que generó son las notas clave que destaca el ministro Juan José Bahillo respecto de esta novedad sanitaria que atravesó el año e indefectiblemente modificó el plan de esta cartera que tiene por ejes cinco políticas públicas, vectores de crecimiento: desarrollo de los puertos, nueva matriz energética, conectividad, caminos y financiamiento, tal como lo describió el funcionario en un encuentro con periodistas en el que participó EL DIARIO.
El ministro visualiza que si bien el problema central es sanitario, el efecto colateral o la consecuencia no querida más directa, más importante, es el impacto en la producción, cuya intensidad fue variando con el paso del tiempo.
RETROSPECTIVA
El Ministerio como tal se organizó hace un año, con el inicio de la segunda gestión del gobernador Bordet. Por entonces, para el ministro en el escenario nacional se presentaba el default, el proceso inflacionario y la recesión. Repasó que 2019 había terminado con alrededor de un 53% de inflación y que el segundo trimestre de 2018 era el último que había registrado algún crecimiento. Desde entonces, la actividad industrial, comercial y la construcción habían ido decayendo con distinto ritmo, pero en forma sostenida.
A pesar de esos condicionantes –siguiendo la descripción del funcionario–, si bien al mes de febrero no había un cambio del nivel de la actividad económica, “se experimentaba un cambio de expectativa” que, obviamente, se desarma a partir del 19 de marzo cuando se decreta el aislamiento, ya declarada la pandemia de Covid 19.
Puede resultar anecdótico, pero apenas un mes antes, en la segunda quincena de febrero se había terminado de definir la orgánica de esa cartera. “Tuvimos ministerio tres semanas”, dijo Bahillo en el sentido que a poco de organizarse surgió la pandemia y la declaración de la cuarentena con todas sus implicancias. “Al mundo le cambió la agenda la pandemia”, obviamente la provincia no quedó exenta y para esta cartera significó, en palabras del ministro, pasar “de pensar el crecimiento a pensar la subsistencia”.
Bahillo expuso el punto de partida de la gestión: “el Estado entrerriano tenía que generar las condiciones para el desarrollo de la actividad económica de la provincia con los distintos sectores, a través de cinco vectores que son exclusividad de políticas públicas: el desarrollo de los puertos, una nueva matriz energética, la conectividad (internet), caminos y financiamiento” de un sector que apalanque el crecimiento más allá del esfuerzo propio de cada producción. Ahora, con la pandemia, el financiamiento pasó a ser “una necesidad, una herramienta más para tratar de subsistir en el marco del parate de la economía que generó la crisis sanitaria”.
EL PLAN
Aunque alterado por la situación sanitaria, Bahillo afirmó que “el plan de desarrollo trazado desde el Ministerio consiste en esos cinco vectores impulsados por el Estado en el ejercicio de su autoridad irrenunciable para delinear esos ejes de crecimiento y una agenda particular con cada sector productivo”, teniendo en cuenta que Entre Ríos tiene más de 15, algunos con denominadores comunes y otros con características propias.
Efectivamente, en los primeros días de gestión, las entidades representativas de los distintos sectores productivos pasaron por el Ministerio en una ronda de reuniones sectoriales, hasta que la cuarentena cambió la agenda en un contexto en el que solo siguieron funcionando las empresas de la industria alimentaria y las de la logística vinculada a la distribución de alimentos además de la farmacéutica.
En el curso de abril empezaron a exceptuarse otras actividades entre las que estaban la metalmecánica vinculada al sector primario, la maderera forestal y de a poquito se empieza a poner en actividad la economía, repasó Bahillo.
A fines del cuarto mes del año, a partir del DNU que facultó a los gobernadores a habilitar actividades, con la intervención de los ministerios de Salud y Producción se fueron retomando más rubros y plantas industriales, favorecidos por la distribución geográfica, la densidad demográfica, que alentaban a pensar que no se generarían inconvenientes.
En el recuerdo del ministro quedaron dos meses de trabajo “codo a codo” con el Ministerio de Salud en pos de consensuar las decisiones.
En mayo, en un marco de mayor apertura se empezó a hablar de la actividad minorista, y quedaron facultados los municipios para autorizar aquello que la Provincia había habilitado. De ahí que a partir de la decisión de los presidentes municipales, las actividades se van retomando con distintas modalidades.
Ya en términos de balance, a nivel ministerial se rescata la rapidez con la que en Entre Ríos se recuperaron las actividades productivas.
IMPACTO
La estrategia de la cartera de la producción impactada por la pandemia implicó pasar a pensar la subsistencia.
Con ese propósito aparecieron las gestiones ante el Gobierno nacional al que se le reconocen “respuestas importantísimas con medidas concretas que fueron muy positivas en tanto permitieron mantener el empleo, la actividad económica, y que la crisis no se agravara aún más con una crisis social por desempleo y aumento de la pobreza” que reconoció que, en alguna medida, también se registró.
Destacó el ATP para el pago del 50% de los sueldos porque “de lo contrario –admitió– la cuestión del desempleo hubiera sido casi catastrófica”, pero además, porque al igual que el IFE –que también ponderó– “contribuye a la actividad económica en la medida que se vuelca al consumo”. En consecuencia, valoró ambas medidas tanto desde el punto de vista social como económico.
Reconoció que el grueso del financiamiento para la actividad económica provino desde el gobierno nacional mientras la provincia priorizó la inversión en Salud.
En ese contexto definió “muy intensa” la actividad con el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, a cargo de Matías Kulfas, sin dejar de señalar y a la vez considerar lógico que no pudieran plasmarse en el territorio todas las expectativas que tenían.
A propósito, la expresión del ministro Bahillo fue suficientemente gráfica: “la situación (de pandemia) nos robó la agenda” porque pasaron “de pensar los vectores para el crecimiento a ver qué protocolos aprobábamos para habilitar una pequeña fuente de empleo. Era lo que la responsabilidad nos indicaba que teníamos que trabajar”, esgrimió.
En el repaso de los últimos nueve meses, Bahillo trasmitió que en los dos últimos se ha ido retomado la agenda.
Financiamiento
El ministro Bahillo se pronunció a favor de mantener “un menú lo más amplio posible” cuando se trata de financiamiento porque –subrayó– hay que responder a una “diversidad dentro de la actividad productiva”.
Puntualmente, explicó que en el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación hay muchas líneas de financiamiento a través del Banco Nación. Además, habló del trabajo con el CFI de manera sectorial e informó sobre un convenio firmado con el Banco de Entre Ríos por 1.500 millones de pesos, ampliables, para cinco cadenas productivas –avícola, porcina, ganadera, industrial y agricultura– en las que el gobierno subsidia un 5% de la tasa y el banco otros dos puntos, lo que ubica a la tasa en un 35% variable, aclaró. En la primera o segunda semana de enero estaría operativo porque el convenio firmado debe ser ratificado mediante decreto del gobernador.
Asimismo, indicó que se amplió el programa Jóvenes emprendedores, extendiéndolo a personas jurídicas y de hasta 45 años. Y, aunque falta la aprobación del Banco Central, marcó como otro logro la constitución del Fondo de Garantía, una herramienta fundamental en la que expresó, se viene trabajando desde hace muchos años.
Indicadores
El nivel de actividad interanual revela que hay una caída –que varía entre los sectores– porque en el segundo trimestre –abril mayo y junio– la caída fue muy fuerte. Pero, puntualizó que cuando se mide octubre 2020 con octubre 2019, casi todos los sectores –excepto turismo, comercio minorista y transporte urbano– están por encima del año pasado.
En el recorrido temporal, el mes de julio se considera “un punto de inflexión” que se traduce por ejemplo en un mayor consumo –del orden de un 4% más respecto de igual mes del año anterior– aunque si se toma el semestre, la caída es del 6,6%, nuevamente por efecto de lo ocurrido en el trimestre señalado.
A lo largo de la rueda de prensa, otros indicadores que expuso el ministro revelan un 20% de aumento de la faena de ganado vacuno al 30 de junio; de un 2,76% de la de porcinos y de casi un 4% en el sector avícola.
En otro orden, bajó la molienda de trigo y aumentó la de soja, por lo que en el balance, la molienda creció un 5,3%; del mismo modo las exportaciones que en el primer semestre crecieron un 5,4%.
“Y hay un indicador –apuntó el ministro– que no es para aplaudir, pero en la relatividad de las cuestiones no deja de ser alentador”. Destacó que el desempleo en Entre Ríos subió un 1,6 cuando a nivel país fue un 5% y en la región entre el 5 y el 9%.
A propósito de números, el Ministerio firmó un convenio con la Unión Industrial de Entre Ríos y la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER y se sumará la Dirección de Estadística y Censos para medir indicadores.
Asimetrías
Este año, junto con el Senasa, el Ministerio hizo un mapa de color de los establecimientos productivos de la provincia, tomando ganadería, avicultura, tambo, feed lot y granjas porcinas. “Cuando se superponen las capas productivas, los departamentos Nogoyá, Uruguay y Colón además de parte de los departamentos Paraná, Diamante y Victoria quedan al rojo vivo”, remarcó Bahillo en referencia a la concentración de la producción.
Además de aludir a las “asimetrías productivas que tiene la provincia” y que deben tenerse en cuenta cuando se piensa en radicación de nuevos emprendimientos, comentó que ese mapa se usa en Vialidad para determinar prioridades en materia de caminos y también para plantear prioridades en materia de conectividad, un programa en el que de manera específica, aclaró, trabaja la Secretaría de Modernización.
Agenda para 2021
“Cautamente optimista” también fue la expresión utilizada por el ministro con la mirada puesta en el año próximo para el que enunció una serie de acciones a emprender o continuar, algunas de las cuales se mencionan a continuación.
– El Ministerio recuperó el manejo del Prosap que estaba en Infraestructura, por lo que se están pensando proyectos para desarrollar, con presupuesto, a partir del año que viene.
– Profundizar el mejoramiento de la infraestructura de los puertos. Trabajar una agenda con los sectores exportadores para que utilicen los puertos entrerrianos. Pensar los puertos para sacar la producción regional, de los países limítrofes.
– Integrar los puertos a una logística que le permita competitividad al productor. En esa idea se incluyen caminos, ferrocarriles, la hidrovía.
– Articular con el Ministerio de Transporte de la Nación para priorizar el enlace de ramales ferroviarios hasta los puertos. En Concepción del Uruguay está a 800 metros y en Ibicuy a unos mil metros. Mejoramiento del ramal Concepción del Uruguay-Basvilbaso; Basavilaso-Crespo; Crespo-Diamante en distintas etapas.
– Analizar las forma de tener tarifas de suministro eléctrico más competitivo para los sectores electroinstensivos. No descartó cuadros tarifarios móviles para alentar determinados desarrollos. De Gasnea también habló en cuanto a la necesidad de inversiones y cuadro tarifario competitivo.
– Nueva ley de promoción industrial.
– Producción de cannabis en la provincia para lo cual hay un análisis solicitado a la Universidad Nacional de Entre Ríos, a la Facultad de Ciencias Agropecuarias para el desarrollo del know how sobre esa producción.
– Creación del Consejo provincial de la agricultura familiar
– Una nueva ley de fitosanitarios y domisanitarios.
– Creación de la Agencia de promoción e inversiones de Salto Grande.
– Nuevo programa para tratamiento de efluentes de granjas porcinas y feed lot.
Al margen
El ministro Bahillo aludió al proyecto de China para la instalación de granjas porcinas en el país cuando fue consultado particularmente por la cuestión. Explicó características de esa propuesta y formuló algunas consideraciones respecto de la mirada que se tiene en la cartera a su cargo. No hubo anuncios ni expresiones que dieran cuenta de que se trata de un tema resuelto.
TURISMO
Se piensa prorrogar la emergencia turística
El 31 de diciembre vence la emergencia turística declarada por ley 10.805 que en el articulado prevé la posibilidad de prorrogarse mediante decreto. “Se piensa prorrogarla”, contestó el ministro Bahillo cuando se lo consultó sobre el sector turístico al que definió “el más crítico de la economía”.
Estimó que el sector turístico y el del transporte de pasajeros urbano e interurbano van a seguir recibiendo los ATP. “Entendemos, rescato y valoro la paciencia y la entereza que tuvo el sector turístico, más allá de que muchos no pudieron atravesar y subsistir a la pandemia”, pero “mayoritariamente –sostuvo– los propietarios mantuvieron los emprendimientos” mientras que el Estado contribuyó a través del ATP, de las leyes de Emergencia turística provincial y nacional y el decreto 1128 que dispuso el diferimiento de los vencimientos de impuestos provinciales.
Si bien confesó que no adhiere a la idea que el mundo vaya a cambiar a partir de la pandemia, Bahillo consideró que “va a cambiar la actividad turística, va a tener un nuevo paradigma”. Consideró que los eventos masivos que son un producto turístico importante van a tardar en volver y habrá que ver cómo vuelven. Entre los asuntos críticos ubicó a los aeropuertos y los aviones, por lo que “hacer una proyección sobre cómo se va a ir reconvirtiendo la actividad, es medio arriesgado”, consideró.
No obstante, bajando a un plano más local, se definió “cautamente optimista en cuanto al nivel de actividad”. Vinculó ese optimismo a los productos que tiene Entre Ríos, ligados a la naturaleza, que permiten distanciamiento social, y la cercanía con el conurbano y Ciudad de Buenos Aires, principales emisores de turistas, recordó.
Durante todos estos meses, abundaron las críticas de parte de entidades que representan a la actividad. “Entiendo el ánimo que pudo haber habido y que se está recuperando muy lentamente. Hay que conjugar dos cuestiones: el impacto económico y la consecuencia emocional y psicológica muy importante por no poder trabajar”, analizó Bahillo a propósito de los cuestionamientos del sector.
Hechas las evaluaciones sobre los sectores productivos y la actividad turística, terminó afirmando que “en términos comparativos, en el marco de la pandemia y en un contexto desfavorable mundial, regional y nacional, los números relativos de Entre Ríos fueron de bueno a muy buenos”.
Fuente: El Diario