Por Miguel Angel Pepe –
Siempre he sentido un atractivo especial por los relatos de mi pago chico. Quizás ese de “pintar la propia aldea”, o el pensar que le mundo está aquí, a mi lado y que cada vida es una experiencia irrepetible, ha hecho que todo lo que me rodea, sea trascendente o no, me demora y me produce ese placer que ocultan las pequeñas cosas cotidianas.
Por eso cuando Don Juan contaba esas mínimas anécdotas de su juventud, yo las recibía como si ante mi estuviera un antiguo relator de las mil noche y una noche. No se si la tradición oral es un medio veraz y seguramente hay datos en ella que no se ajustan a la realidad pero lo que queda, creo firmemente, es el meollo intacto del asunto.
“Lo conocí cuando era un don nadie, si, lo conocí personalmente. Era el año 31 o 32, mas o menos, yo tendría unos dieciocho años y estaba empleado en la policía como mandadero del Jefe Político que en ese tiempo era Don Joaquín.
Era una época fulera, al pobre Irigoyen lo habían tirado a la calle, como a un perro, Uriburu era un milico mandón y estaba rodeado de los cajetillas de la Legión Cívica.
A cualquiera que se le antojaba protestar lo acusaban de anarquista y ¡zas! ¡adentro!
En Entre Ríos la cosa no era tan dura porque aquí seguían los radicales. No hubo intervención, pues el gobierno era de los antipersonalistas que combatieron a Irigoyen y a Uriburu le convenía tener algunos políticos mas o menos aliados para que no se le fueran las cosas de las manos.
En esos días nuestro hombre apareció en el pueblo. Dijo que era tipógrafo, que venía de la Provincia de Buenos Aires, que no quería que lo molestaran mas con falsas acusaciones y que buscaba un trabajo sin muchas pretensiones.
Los radicales lo metieron en el diario del partido que creo se llamaba “Tribuna” y lo dirigía el gordo Segovia.
Pasaron algunos meses y yo iba de la policía al diario a llevar noticias y traer algunos ejemplares recién impresos. Siempre lo veía al morocho, serio, ocupado con las letras de plomo, hablando poco, con ese aire de hombre extraño que despierta nuestra atención y nuestro respeto.
Un día Don Joaquín estaba leyendo la correspondencia y de pronto, golpeando el escritorio dijo: “¡Carajo, que regalito…!”.
Siguió la lectura, ahora apresurada y en cada renglón largaba alguna frase que yo no comprendía. Al fin, dejó los papeles aplastados con un tintero y me dijo: “Che Juancito, andá hasta el diario y decile al Negro Chavero que deje lo que está haciendo y se venga a verme. ¡Pero rápido, che..! ¿entendiste?
Decile que cuando termine el trabajo voy a ir a verlo.
¡No, don Chavero, tiene que ir ya, enseguida…
Me miró con esos ojos chiquititos, achinados, dejó las cajas, se sacó el delantal azul y salimos juntos para la policía.
Che Chavero, mirá esto: me mandaron una lista de gente sospechosa que tengo que meter adentro.
¿y que?… ¿no estaré yo, no?
Si, estas vos.
¿y porque?
Y que se yo, en este asunto de Pomar y los Kennedy… y como vos sos medio cantor y poeta, y a veces se te va la lengua. Ya te tienen marcado.
¿será posible?
Si, y tenés que irte, ya, desaparecer, sino te tengo que poner preso…
Bueno, está bien, mañana me marcho.
¡No, que mañana, te vas ahora mismo, oiste, ahora mismo!
Está bien. Por el lado de Villaguay o Tala tengo unos amigos. Junto las pilchas y me marcho. Adiós Don Joaquín, gracias por la gauchada.
Dio media vuelta y salió despacio, con la cabeza gacha, como pensando. Al pasar al lado mío, me tocó el brazo y me dijo: “Chau pibe”. Y se fue.
Pasaron algunos años. Yo andaba en otros trabajos y un día lo encontré a Don Joaquín que yo no era jefe de policía y me dijo: ¿sabés quien vino a verme, para saludarme, che?. ¡El negro Chavero!. Ya no es mas imprentero, ahora anda cantando, tocando la guitarra y recitando versos.
Parece que le va bien… y se ha puesto un nombre lindo para actual, el negro: ¡Atahualpa Yupanqui!
(*) cuento titulado «Sin Caballo y en el Montiel» Extraído del libro de Miguel Angel Pepe “Memorias del Caminante” – Ediciones de la Utopia—2da. Edición—2005
Esta nota fue publicada originalmente en la revista La Ciudad el 24/5/2017